miércoles, 10 de mayo de 2017

ESTER. CAPÍTULO 11,1.

111El año cuarto del reinado de Tolomeo y Cleopatra, Dositeo, que decía ser sacerdote y levita, y su hijo Tolomeo trajeron la presente carta de los <<purim>>. Dijeron que era auténtica, traducida por Lisímaco, hijo de Tolomeo, de la comunidad de Jerusalén.

Explicación.

11,1 Debe referirse a Tolomeo XIV (51-47 a.C), cuya hermana Cleopatra fue corregente. Esto vale para un texto de la versión griega y no dice nada sobre la época del original hebreo.

ESTER. CAPÍTULO 10.

101El rey Asuero impuso prestaciones personales a los habitantes del continente y de las islas. 2Para sus victorias militares y la narración detallada de la dignidad a que el rey elevó a Mardoqueo, véanse los anales del reino de Media y Persia: 3<<El judío Mardoqueo era el virrey de Asuero, el primero entre los judíos, querido de sus muchos compatriotas, 4solícito del bien de su raza, promotor de la paz para los suyos>>.
5Mardoqueo comentó:
Esto viene de Dios. Pues recuerdo el sueño que tuve sobre esto, y no ha fallado un detalle: 6la fuentecilla que se convirtió en río, la luz, el sol, el agua abundante. Ester es el río: el rey la tomó por esposa y la hizo reina. 7Los dos dragones somos Amán y yo. 8Las naciones son las que se aliaron para borrar el nombre judío. 9Nuestra nación, los que gritaban a Dios y se salvaron, es Israel. El Señor salvó a su pueblo, el Señor nos sacó de todos estos males. Dios ha hecho signos y prodigios portentosos, como no ha hecho entre los gentiles. 10Por eso señaló dos destinos: uno para el pueblo de Dios y otro para los gentiles. 11Ambos se han cumplido en la hora, el momento y el día determinado en la presencia de Dios y ante todas las naciones. 12Dios se acordó de su pueblo e hizo justicia a su heredad. 13Por tanto, el pueblo del Señor celebrará siempre esos días del mes de Adar, el catorce y el quince, como fiesta religiosa, con una asamblea litúrgica y festejos.

Expliacación.

10,1-2 Según costumbre hebrea, el texto vuelve al principio, enunciando brevemente algunas actividades de Asuero. Con ello el relato queda bien definido dentro de su reinado. La segunda expresión es típica del libro de los Reyes, con una novedad de contexto, la referencia a los anales, que tan importante papel desempeñaron en la historia (6,1-2). Se diría que con esta noticia final se abre un círculo concéntrico más amplio: ahora podrá otro rey persa, o no, leer esas memorias y escucharlas como una interpelación en su conducta.

Reyes no judíos podrán aprender que alguien vela por el pueblo judío, que los judíos son leales colaboradores y que pueden salvar si son respetados. Pueden aprender a desconfiar de ministros intrigantes y soberbios. Aunque no celebren personalmente la fiesta Purim, tienen algo que leer para sus vigilias; Mardoqueo y Amán pueden estar vivos y cerca.

10,3 El relato hebreo termina con esta especie de lápida en honor de Mardoqueo. Se diría una lápida dedicada por sus compatriotas. El nombre Mardoqueo (o Mordecay) es frecuente hoy entre judíos.

10,4-13 Con estos versos completa el autor griego su marco literario al libro. Aunque no haya fallado un detalle del sueño, no los explica todos. La fraseología está inspirada en el lenguaje bíblico. Se insiste en la oposición pueblo de Dios-gentiles.

10,8 Sal 83,5.

10,9 Dt 4,34; 7,19; 26,8; Sal 136,11-12.

10,12 Sal 98,3.

10,13 Lv 23.  

ESTER. CAPÍTULO 9.

91El día trece del mes de marzo, o sea, el mes de Adar, cuando debía ejecutarse el decreto del rey, el día en que los enemigos de los judíos esperaban apoderarse de ellos, se volvieron las tornas, y fueron los judíos quienes se apoderaron de sus enemigos. 2Los judíos se concentraron en sus ciudades, en todas las provincias del rey Asuero, para atacar a los que habían intentado destruirlos. Nadie les opuso resistencia, porque la población fue presa del pánico ante los judíos. 3Los jefes de las provincias, los sátrapas, gobernadores y funcionarios reales apoyaron a los judíos por miedo a Mardoqueo, 4porque Mardoqueo tenía un alto cargo en palacio y su fama se extendía por todas las provincias: Mardoqueo iba aumentando su poder.
5Los judíos pasaron a cuchillo a sus enemigos, matándolos y exterminándolos; hicieron de ellos lo que quisieron. 6En la acrópolis de Susa exterminaron a quinientos hombres, 7y también a Parsandatá, Dalfón, Aspatá, 8Poratá, Adalía, Aridatá, 9Parmastá, Arisay, Ariday y Vaizatá, 10los diez hijos de Amán, de Hamdatá, enemigo de los judíos. Pero no obtuvieron botín.
11Cuando aquel mismo día comunicaron al rey el número de víctimas en la acrópolis de Susa, 12dijo a la reina Ester:
-Sólo en la acrópolis de Susa los judíos han exterminado a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán. ¿Qué habrán hecho en las demás provincias del Imperio? Pide lo que quieras, y te lo daré; si deseas algo más, se hará.
13Ester respondió:
-Si al rey le agrada que los judíos de Susa puedan prorrogar hasta mañana el cumplimiento del decreto. Y que cuelguen a los diez hijos de Amán.
14El rey ordenó que se hiciese así: se prorrogó el decreto en Susa y colgaron a los diez hijos de Amán. 15Así, los judíos de Susa se concentraron también el día catorce del mes de Adar. Mataron a otros trescientos hombres, pero no cogieron botín.
16Los demás judíos en las provincias del Imperio se concentraron para defenderse, eliminando a sus enemigos; mataron a setenta y cinco mil adversarios, pero no tomaron botín.

Fiesta de <<purim>>   

17Esto fue el día trece del mes de Adar, y el día catorce descansaron, declarándolo día festivo. 18En cambio, los judíos de Susa se reunieron los días trece y catorce; el día quince descansaron, declarándolo día festivo. 19Por eso los judíos del campo, los que viven en las aldeas, celebran como gran día festivo el catorce del mes de Adar, y se hacen regalos.
20Mardoqueo puso todo esto por escrito, y mandó cartas a todos los judíos de todas las provincias del rey Asuero, próximos y lejanos, 21encargándoles celebrar anualmente los días catorce y quince del mes de Adar, 22por ser los días en los cuales los judíos quedaron libres de sus enemigos y el mes en que se les cambió la tristeza en alegría y el luto en fiesta. Que los declararán días festivos, que se hicieran regalos y dieran también a los pobres.
23Los judíos, que ya habían empezado a hacerlo, aceptaron lo que les escribió Mardoqueo. 24Pues Amán, hijo de Hamdatá, de Agag, el enemigo de los judíos, había hecho el sorteo, llamado <<pur>>, para eliminarlos y destruirlos; 25pero cuando Ester se presentó al rey, el rey escribió un documento volviendo contra Amán el plan perverso que había tramado contra los judíos, y lo colgaron en la hora, a él y a sus hijos. 26Por eso, esos días se llaman <<purim>>, de la palabra <<pur>>.
Según el texto de aquella carta, y lo que habían presenciado o las noticias que les habían llegado, 27los judíos ratificaron y se comprometieron de forma irrevocable, ellos, sus descendientes y los prosélitos, a celebrar esos dos días anualmente, según aquel documento y en aquellas fechas. 28Esos días, recordados y celebrados de generación en generación, en cada familia y ciudad, esos días de <<purim>> no desaparecerán de entre los judíos, ni su recuerdo perecerá entre sus descendientes.
29La reina Ester, hija de Abijail, y el judío Mardoqueo escribieron urgiendo el cumplimiento de la segunda carta sobre los días de <<purim>>, 30y enviaron cartas a todos los judíos de las ciento veintisiete provincias del Imperio de Asuero, 31saludándolos sinceramente y ratificando la celebración de esos días de <<purim>> tal como les había ordenado el judío Mardoqueo y la reina Ester, y tal como se habían comprometido ellos mismos y sus descendientes, con algunas cláusulas sobre ayunos y lamentaciones.
32Así, el edicto de Ester fijó las normas para celebrar los días de <<purim>>, y quedó consignado por escrito.

Explicación.

9,1-16 ¿Se trata de atacar (v.2) o de defenderse (v.16)? ¿Se trata simplemente de someter al poder (v.1) o de matar y exterminar (vv. 5.12.15)?

La clave de lectura unitaria es la guerra santa del pueblo contra los enemigos, según las viejas tradiciones del Deuteronomio, Josué y Jueces, y con algún influjo de textos escatológicos.

A la constelación de esa guerra pertenecen o pueden pertenecer varios datos de la perícopa: el enemigo se encuentra en actitud agresiva, armado y preparado: "habían intentado destruirlos". El verbo usado para "concentrarse" se refiere de ordinario a la asamblea cúltica, también en contexto de guerra (Jue 20,1; Jos 22,212); en Ez 38,7-13 se dice de las huestes de Gog. El pánico del enemigo, que se supone infundido por el Señor (Ex 15,16; Sal 105,38; Dt 2,25; 11,25), también frecuente con otro sustantivo. El no poder resistir frente a los israelitas (de ordinario con otro verbo: Dt 7,24; 11,25; Jos 1,5). Eliminar al enemigo, haciendo cesar las hostilidades es el final de la guerra (Dt 12,10; 25,19; Jos 1,13.15; 22,4; 2 Sm 7,1.11); con frecuencia se habla de los enemigos en torno; Jue emplea otro verbo que denota este descanso. El colgar públicamente los cadáveres de los jefes puede recordar la derrota de los aliados en Jos 10,25-26 (donde se anuncia que lo mismo sucederá a otros enemigos). De la fama que infunde temor hablan Ex 15 y Jos 2,11; 5,1. Los números de las bajas enemigas, sin insistir o bien olvidando las propias, pueden completar la victoria.

El no coger botín es un dato ambiguo. De ordinario, los israelitas cogen botín, del cual dedican una parte selecta al Señor, sea exterminando, sea consagrando ¿Qué significa aquí que "no cogieron botín" (vv. 10 y 16)? Podría significar que renuncian a él en honor del Señor; pero en tal caso el botín queda en manos enemigas. El autor considera el dato importante y fuera de lo común; al menos quiere decir que los israelitas se contentan con la vida y la libertad, no pretenden enriquecerse a costa de los demás.

No es común el verbo apoderarse o dominar, podría ser variante moderna de otros preferidos por el libro de los Jueces.

Es frecuente que la guerra santa tenga un carácter literario de juicio de Dios, y el cambio de las suertes es la aplicación de una especie de ley del talión: "Cautivarán a sus cautivadores" (Is 14,2); "Los que saquean serán saqueados, los que te despojan serán despojados" (Jr 30,16); "Cuando acabes de devastar, te devastarán a ti; cuando acabes de saquear, te saquearán a ti" (Is 33,1). Este es el "volverse las tornas", se entiende, por obra del Señor.

En la transformación escatológica la guerra santa suele tener alcance universal; por ejemplo, Gog y sus aliados en Ez 38-39. En el presente capítulo el imperio persa, con sus ciento veintisiete provincias, ofrece el contexto universal.

¿Y la prórroga pedida por Ester? Podríamos recordar la prórroga que pide Josué para seguir persiguiendo y matando enemigos (Jos 10,12-14). Pero la explicación es más simple: el autor tiene que explicar por qué la fiesta se celebra en días diversos; es lo que llaman explicación etiológica.

9,1 Con gran solemnidad se registra la fecha.

9,5 Son dos verbos que se leen en los dos decretos.

9,6 Véase Sal 109,13. Con los hijos se extingue el apellido.

9,12 Petición y deseo son palabras de Ester (5,8; 7,3), pero el rey no ofrece la mitad del reino.

9,17-32 Según Ex 12-14, después de la muerte de los primogénitos, la noche que señala la liberación de los judíos, se instituye una fiesta conmemorativa. Elementos constitutivos son la fecha, un resumen catequético sobre el hecho, una serie de prescripciones. Es la fiesta de la Pascua.

De modo semejante, la liberación de los judíos en el imperio persa de nacimiento a una fiesta; y en estos versos tenemos una doble noticia sobre su institución, una carta de Mardoqueo y otra de Ester.

La fecha incluye dos días. Según la noticia de los versos 17-19, los días son diferentes par ala capital y las provincias. Para concordar con esta noticia lo que dice el verso 21 tendríamos que interpretar los días en sentido distributivo: los de cerca, el quince; los de lejos, el catorce.

9,22 Jr 31,13; Sal 30,12. Nada se dice de ceremonias religiosas; se envían regalos o raciones de comida, como en Neh 8,10.

9,26 La palabra Pur significa suerte, según 3,7. En la práctica de Amán parece una fiesta a comienzos de año, en la que se consultan las suertes del año que comienza. En la celebración judía la fiesta pasa al final del año, como recuerdo de una gran liberación. Ni sobre el origen de la palabra ni sobre el origen de la fiesta tenemos noticias ciertas.

9,27-28 Todavía en  nuestros días celebran los judíos la fiesta de Purim, recitando sinagogalmente el libro de Ester, con un banquete y regalos, y a veces con otras ceremonias festivas. El libro quiere hacer remontar la fiesta a la experiencia de testigos oculares o contemporáneos de los sucesos.

9,29-31 La nueva disposición aparece firmada por los dos; puede ser que el nombre de Mardoqueo sea aquí una adición. La cláusula sobre el ayuno que ha de preceder al día festivo pretende traer a la memoria el peligro y la angustia de los protagonistas.


ESTER. CAPÍTULO 8,13-17.

813El texto del documento, con fuerza de ley en todas y cada una de las provincias, se haría público para que los judíos estuviesen preparados para vengarse de sus enemigos dicho día.
14A toda prisa, obedeciendo la orden del rey, los correos, montados en caballos velocísimos, pura sangre, de las cuadras reales, partieron rápidos. El edicto se promulgó en la acrópolis de Susa.
15Mardoqueo salió de la presencia del rey con vestiduras regias color violeta y blanco, una gran corona de oro y un manto de lino color púrpura. En la ciudad de Susa resonaban gritos de alegría.
16Para los judíos fue un día luminoso y alegre, gozoso y triunfal. 17En cada provincia y ciudad adonde llegaba el decreto del rey los judíos se llenaban de inmensa alegría, y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos gentiles se convirtieron, sobrecogidos ante los judíos.

ESTER. CAPÍTULO 16.

16Copia de la carta:
1<<El emperador Artajerjes a los gobernadores de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía, y a cuantos nos son leales, ¡salud!
2>>Considerando que muchos, cuantos más beneficios y más honra reciben de sus bienhechores más se ensoberbece, 3y no sólo intentan maltratar a nuestros súbditos, sino que, no pudiendo dominar su propia arrogancia, conspiran contra sus mismos bienhechores, borran del corazón humano el sentimiento de gratitud y, 4más aún, ensoberbecidos con los aplausos de los malvados piensan escapar a la justicia del Dios que siempre lo ve todo y odia a los malos.
5>>Considerando que con frecuencia muchos constituidos en autoridad, influidos por los que creían amigos, a quienes confiaron la marcha de los asuntos, se han visto envueltos en desgracias irreparables y convertidos en cómplices del asesinato de inocentes, porque la maldad de los amigos, 6a base de sofismas engañosos, prevaleció sobre la íntegra nobleza de sentimientos de los gobernantes. 7Basta con mirar no a las anécdotas que se nos cuentan de la antigüedad, sino delante de nuestros mismos ojos: ¡cuántas maldades no se han cometido por esa peste de gobernantes indignos! 8Por lo cual procuraremos que en el futuro tengan asegurada la tranquilidad y la paz en el reino, 9efectuando los cambios convenientes y dictaminando siempre con benevolencia y equidad los asuntos que se nos presenten.
10>>Resultando que Amán de Hamdatá, macedonio -extranjero tenía que ser, no de nuestra sangre y nuestra hidalguía-, recibido por nosotros como amigo, 11experimentó el trato humano que damos a todos los pueblos, hasta el punto de haber sido proclamado "nuestro padre" y reverenciado por todos como virrey; 12pero no sabiendo mantenerse en su rango, ha intentado arrebatarnos el poder y la vida, pues a base de taimados engaños 13nos pidió la muerte de Mardoqueo, nuestro salvador y continuo bienhechor, y la de Ester, nuestra intachable compañera en el trono, junto con toda su raza 14(con estas medidas pensaba dejarnos aislados y pasar el poder de manos de los persas a los macedonios).
15>>Resultando que no hemos comprobado que los judíos, condenados por este criminal al exterminio, sean malhechores; al contrario, se rigen por leyes justísimas 16y son hijos del Altísimo, del gran Dios vivo, que para bien nuestro y el de nuestros antecesores conserva el Imperio con un orden excelente.
17>>Ordenamos que no habéis de obedecer a la carta enviada por Amán, hijo de Hamdatá, 18porque su autor ha sido ahorcado junto a las puertas de Susa, con todos los de su casa (el Señor dominador de todo le ha dado en seguida la pena que merecía).
19>>Y que habéis de poner en público copias de esta carta y permitir a los judíos que sigan libremente sus leyes. 20Ayudadles además a defenderse de quienes los ataquen, ese mismo día trece del mes de marzo, mes de Adar. 21Porque ese día trágico para el pueblo elegido, el Dios dominador, universal, lo ha convertido en día de alegría.
22>>Por tanto, vosotros, judíos, celebrad con toda solemnidad este día señalado entre vuestras fiestas solemnes, 23para que ahora y en el futuro sea un recuerdo de salvación para vosotros y los persas de buena voluntad y un recuerdo de destrucción para vuestros enemigos.
24>>Toda ciudad o región en general que no actúe conforme a la presente orden será devastada sin piedad a hierro y fuego. Ningún hombre pondrá el pie en ella, y hasta las fieras y las aves la destetarán".

Explicación.

16,1-24 El autor griego aprovecha el momento para componer otro decreto semejante en el estilo al primero, de doble extensión, imitando el lenguaje de las cancillerías. La introducción difiere ligeramente al final respecto al primer decreto. No habla de sátrapas y jefes. Es un lenguaje exclusivamente griego, con palabras compuestas, abundancia de adjetivos, construcción sintáctica compleja, antítesis enfáticas.
El rey, con la conciencia poco tranquila, tiene que excusarse del primer decreto. Lo hace primero remontándose a principios generales, vulgares en sí, formulados con altisonante solemnidad (un rey en un decreto no puede pronunciar un buen refrán o proverbio). Después descarga toda la culpa en el primer ministro, sin ahorrar adjetivos. En contraste, una magnífica alabanza del pueblo judío. Y en conclusión una serie de disposiciones.

No sabemos si el autor griego ironiza en la primera parte o si realmente quiere excusar al rey Artajerjes, como si hubiera sido víctima inocente de un engaño.

16,4  Sal 11,4-5; 73,11; 94,7.

16,8-9 Repite varias palabras del primer decreto "tranquilidad, paz, equidad". Esta vez sin complacencia, como programa para el futuro.

16,10-14 Haciendo a Amán macedonio, traslada los sucesos a la época anterior a Alejandro, lo cual exige que ese Artajerjes sea el tercero (359-335); pero no parece que el autor griego quiera conservar la verosimilitud cronológica de su ficción. El resultado del cambio es introducir en la historia un ambiente de tensión internacional, en el que no pensaba el autor hebreo. En esquema judicial se mencionan los beneficios recibidos, como agravante, y se denuncia el triple crimen: contra el rey, contra el bienhechor, contra la reina.

16,15-16 El rey reconoce al Dios de los judíos como Dios universal de todos los reinos. El título "hijos del Altísimo" es nuevo, que sepamos. Sobre la protección divina concedida al reino persa, véase Esd 1,2; 6,10.

16,18 "El Señor da a cada cosa su destino: al malvado el día funesto" (Prov 16,4); "El Justo observa el corazón malvado y entrega al malvado a la desgracia" (Prov 21,12).

16,22-23 Es curioso que aparezca el monarca persa como fundador de la fiesta judía.

El texto hebreo daba otra versión.

16,8,15 La aparición de Mardoqueo contrasta con su figura en ademán de duelo (4,1-2) y hace estable el honor efímero de 6,11.

16,16-17 "El Señor protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados. Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón" (Sal 97,10-11). "Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo, se alegrará Jacob y gozará Israel" (Sal 14,7).

La conversión de los gentiles se debe al terror numinoso ante la liberación, sentida como acción del Señor, "Todo el mundo se atemoriza, proclama la obra de Dios y medita sus acciones. El justo se alegra con el Señor, se refugia en él, y se felicitan los rectos de corazón" (Sal 64,10-11).

Con estos acordes festivos quisiéramos cerrar el libro y no leer más; sobre todo cuando sabemos lo que viene, porque lo hemos leído en otra ocasión. Pero no somos nosotros los dueños del libro para poner a nuestro gusto la palabra "Fin".

Séanos permitido al menos llamarlo "Apéndice". Unas páginas sobre la ejecución de la venganza y sobre la celebración de la fiesta de las suertes.

ESTER. CAPÍTULO 8, 1-12.

Triunfo de los judíos   

81Aquel día el rey Asuero entregó a la reina Ester la casa de Amán, el enemigo de los judíos; y Mardoqueo fue presentado al rey, que ya sabía por Ester el parentesco que tenía con la reina. 2El rey se quitó el anillo que había recuperado de Amán y se lo entregó a Mardoqueo. Ester confió a Mardoqueo la administración de la casa de Amán.
3Ester volvió a hablar al rey. Cayó a sus pies llorando y suplicándole que anulase los planes perversos que Amán había tramado contra los judíos.
4Cuando el rey extendió hacia Ester el cetro de oro, ella se levantó y quedó en pie ante el rey. 5Luego dijo:
-Si al rey le agrada y quiere hacerme un favor, si mi propuesta le parece bien y si está contento de mí, revoque por escrito la carta de Amán, hijo de Hamdatá, de Agag, que había mandado exterminar a los judíos en las provincias del Imperio. 6Porque ¿cómo podré ver la desgracia que se echa sobre mi pueblo, cómo podré ver la destrucción de mi familia?
7El rey Asuero dijo entonces a la reina Ester y al judío Mardoqueo:
-Ya ves que he dado a Ester la casa de Amán y a él lo han ahorcado por atentar contra los judíos. 8Vosotros escribid en nombre del rey lo que os parezca sobre los judíos y selladlo con el sello real, pues los documentos escritos en nombre del rey y sellados con su sello son irrevocables.
9Entonces, el día veintitrés del mes de junio, o sea, el mes de Siván, fueron convocados los notarios del reino, y tal como ordenó Mardoqueo, se redactó un documento destinado a los judíos, sátrapas, gobernadores y jefes de las provincias -ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía-, a cada provincia en su escritura y a cada pueblo en su lengua; a los judíos, en su alfabeto y su lengua.
10Redactaron un documento en nombre del rey Asuero, lo sellaron con su sello y despacharon las cartas por correos montados en caballos velocísimos, pura sangre, de las cuadras reales.
11En dicho documento el rey concedía a los judíos de todas y cada una de las ciudades el derecho a reunirse y defenderse, a exterminar, matar y aniquilar a cualquier gente armada de cualquier raza o provincia que los atacara, incluso a sus mujeres y niños, más el derecho a saquear sus bienes en todas las provincias del rey Asuero, 12el mismo día, el trece del mes de marzo, o sea, el mes de Adar.

Explicación.

8 Lo que sigue está implícito en la caída de Amán, pero el lector judío quería leer explícitamente la exaltación de Mardoqueo y del pueblo. Narrativamente, este capítulo es anticlimático y sirve para completar. El narrador ya no se esmera como hasta aquí, quiero decir en continuar una narración interesante; sí se esmera en apurar las correspondencias de la exaltación con la humillación, del triunfo con el peligro.
El gusto por detenerse y recrearse en el feliz desenlace bastaba para mantener el interés de los lectores; el autor es generoso en servirles tan rico postre. El lector actual lo aprecia menos. (Es como filmar despacio la boda y el banquete en una película de happy end; hay gente para quien eso es lo mejor de la película).

Un punto, quizá, necesitaba quedar resuelto. El decreto contra los judíos tenía fuerza de ley y era irrvocable (1,19; 8,8). El lector, a estas alturas, da por descontado que Ester y Mardoqueo salvan a su pueblo; pero ¿cómo conseguirán invalidar un decreto irrevocable?

8,1-2 La corona confisca las posesiones del que atentó contra le reina. Son las posesiones de que Amán se gloriaba. Mardoqueo ocupa totalmente el pueto de Amán: en la corte como primer ministro, en la casa como administrador. Como Ester sucedió a Vasti, así "uno mejor" sucede al malvado, y es esperanza de justicia: "Aparta al malvado del rey, y su trono se afianzará en la justicia" (Prov 25,5).

¿Y no repite Asuero su ligereza al entregar el anillo? Ahora sabe que Mardoqueo ha salvado la vida del rey y a la reina.

8,3-6 Retoman motivos de los capítulos 5 al 7: nuevo encuentro y nueva petición. El encuentro ya no es dramático, la petición estaba contenida en 7,3-4. La introducción es más insistente, sumando razones personales a las razones objetivas.

Amán, muerto, todavía amenaza a los judíos en virtud de una ley que le sobrevive. El decreto firmado en nombre del rey y sellado con el sello real es como una mueca macabra del ajusticiado, venganza después de morir.

8,7-8 El rey afirma que las leyes persas son irrevocables: ¿También la ley por la cual ha sido condenado Amán, "por atentar contra los judíos"? Y si ésa es revocable, ¿por qué no la nueva escrita por Mardoqueo?

¿Es que la ley, una vez emanada, esetá por encima del rey, como una garantía nacional contra el arbitrio? Si una ley no se puede revocar y sólo se puede contrarrestar con otra contraria, ¿no caemos en el legalismo? Sólo si por encima de reyes y leyes está la justicia, tenemos una garantía. Por eso Prov, repetidas veces, afirma que el trono se afianza en la justicia (Prov 16,12; 25,5; 20,28).

El autor parece tener presente el problema, la realidad de leyes inhumanas a las que se sacrifican tantas vidas. En nombre de la ley los judíos hubieron de sufrir en la diáspora, sin otra ley escrita que los defendiera. Si un judío llegase a mandar, haría lo posible por abolir o contrarrestar semejantes leyes injustas.

8,9-12 El decreto de Mardoqueo parece adoptar la segunda solución: si hay una ley que autoriza a atacar y matar, habrá otra ley que autorice a los judíos a defenderse. De esta manera se obtiene: primero, que la defensa no sea un acto ilegal de terrorismo, sino una defensa legal; segundo, que el enemigo queda claramente en posición de agresor, sabiendo las consecuencias. El que no ataque no sufrirá nada; el que ataque se encontrá con un pueblo decidido a vender cara la vida.

Es que las leyes de nada valdrían sin los hombres que las ejecutan. Amán sigue vivo en sus secuaces, los de su partido, dispersos por el Imperio. Tienen varios meses para abandonarlo; si al llegar el plazo designado por la suerte persisten en ejecutar el legado de su jefe, lo harán a conciencia, sin atenuantes.

8,9 En este decreto aparecen los judíos como destinatarios, como pueblo diverso oficialmente reconocido, con su lengua y escritura, como los demás.

8,10 La determinación de los caballos es algo dudosa, pero está clara la intención narrativa. El dato responde a los usos.

8,11 Los tres verbos "exterminar, matar, aniquilar" son los mismos del decreto de Amán (3,13).

8,12 El día designado por la suerte cambiarán las suertes; los judíos no deben anticiparse.