miércoles, 10 de mayo de 2017

ESTER. INTRODUCCIÓN. CARÁCTER Y SENTIDO.

a) Carácter sapiencial. En el desarrollo de un esquema de historia de salvación se abren paso elementos sapienciales. Tal es la discreción con que Dios actúa (como en la historia de José). Si es patrón histórico la liberación del pueblo en un peligro, es doctrina común de los Proverbios la humillación del malvado y la exaltación del inocente.

El relato enseña en forma de gran parábola. El israelita aprenderá el espíritu de confianza, la solidaridad, la acción cautelosa. El extranjero puede aprender que, como empleados, los judíos son más de fiar que los propios, porque tienen una ley que les inculca la justicia y la lealtad. Los judíos deben aprender a colaborar con los extraños sin abandonar sus principios. Los paganos deben aprender a respetar ese estilo de vida diverso de los judíos, que resultara a su favor; pero aprendan también a escarmentar en la figura de Amán, porque hay alguien más poderoso, que sale por el pueblo judío. Los judíos de la diáspora aifanzarán su conciencia de identidad y su sentido de unidad. Y los paganos podrán sentirse atraídos por ese pueblo extraño.

Ester no es una novela de tesis, es un relato didáctico; sus enseñanzas se ofrecen sabiamente distribuidas en el relato.

b) Carácter religioso. En la superficie, el relato hebreo original es llamativamente neutral, laico. Dios no interviene ni con milagros ni de otra manera patente. Pero no hace falta nombrar a Dios para descubrir en la trama y en lo inesperado del desenlace al tradicional protagonista de tales sucesos: el Dios de Israel.

La victoria de los judíos es un gran juicio en el que los malvados reciben su merecido: se aplica una especie de ley del talión, "caen en la fosa que cavaron". El desenlace es, por tanto, un juicio histórico, y no hace falta mucha penetración para que un israelita sepa quién es el autor de dicha sentencia, el Dios de Israel. El pueblo es simple ejecutor.

Al traductor griego no le bastaba un Dios entre bastidores, y lo sacó a escena repetidas veces.

c) El problema ético. Al gozo razonable por la liberación se mezcla en la historia la complacencia en el sufrimiento del enemigo, el saborear una venganza cruel.

La caída de Amán no es simple: "en un momento causan horror" Sal 73, sino que se describe con ensañamiento: el paseo por la plaza, la denuncia en el banquete, la horca, la ejecución de los diez hijos. Los judíos se vengan de los secuaces de Amán por todo el vasto imperio, cuentan las víctimas, alargan el plazo de la matanza, ponen sumo empeño en recordar la fecha.

No basta responder que se ejecuta la justicia vindicativa, que se aplica la ley del talión. Tampoco basta colocar el relato en la estela de salmos como el 58; 94; 109; 137. Pues tomemos esos salmos como estímulo para una reflexión. Leamos el libro de Ester sobre el fondo de acontecimientos recientes, que quizá hayamos vivido: el plan calculado y ejecutado de aniquilar un pueblo, matanzas colectivas, baños de sangre, opresión sistemática, represión brutal, tortura... Demos un nombre literario a los ideadores, ejecutores y colaboradores de esos crímenes de lesa humanidad, llamémoslos Amán y secuaces. Leamos así la parábola de Ester: ¿No habría sido mejor que esos personajes fatídicos, criminales de alto porte, hubieran desaparecido antes de ejecutar o consumar sus planes? Y si Amán todavía vive y actúa, ¿no es de desear su ruina? "Cada mañana haré callar a los malvados del país, para excluir de la ciudad de Dios todos los malhechores" (Sal 101,9).

Algunos añaden otra respuesta:

d) Sentido escatológico. Más que parábola histórica, dicen, el relato es una parábola escatológica. Se refiere al juicio definitivo para la instauración del reinado del Señor en la nueva era. En el juicio definitivo todos los malvados tienen que desaparecer, mientras que los judíos representan la comunidad de los salvados.

No faltan rasgos escatológicos, muchos más abundantes en las adiciones griegas. En cambio falta el triunfo del Señor, la reunión de los dispersos, el reinado universal desde Jerusalén.

e) Etiología festiva. Uno de los objetos del relato, si no el más importante, es dar razón de una fiesta popular llamada Purim = Suertes. El autor, o los autores, lo explican puntualmente al final del relato.

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