miércoles, 10 de mayo de 2017

ESTER. CAPÍTULO 6.

61Aquella noche el rey no lograba conciliar el sueño. Entonces mandó traer el libro de loa anales o crónicas. Se los leyeron. 2Y allí se contaba cómo Mardoqueo había descubierto a Bigtán y Teres, los dos eunucos reales centinelas, que habían querido atentar contra el rey Asuero. 3El rey preguntó:
-¿Qué premio o recompensa se le dio a Mardoqueo por aquello?
Los cortesanos que asistían al rey respondieron:
-No se le dio nada.
4Entonces el rey preguntó:
-¿Quién hay en el patio?
En aquel momento llegaba Amán al patio exterior de palacio para pedir al rey que ahorcasen a Mardoqueo en la horca que le había preparado.
5Los cortesanos respondieron:
-En el patio está Amán.
El rey dijo:
-Que entre.
6Cuando entró Amán, el rey le preguntó:
-¿Qué se puede hacer en favor de uno a quien el rey quiere honrar?
Amán pensó para sus adentros: <<Y ¿a quién va a querer honrar el rey si no a mí?>>. 7Así que contestó:
-Que a esa persona a la que el rey quiere honrar 9le traigan las vestiduras regias que suele llevar el rey, el caballo en el que suele cabalgar el rey y una corona real. 9La ropa y el caballo se los entregarán a un dignatario real que pertenezca a la nobleza, que vista con esa ropa al hombre a quien el rey quiere honrar y lo pasee a caballo por la plaza de la ciudad, pregonando ante él:
<<¡Este es el trato que se da a quien el rey quiere honrar!>>.
10Entonces el rey dijo a Amán:
-Aprisa, coge la ropa y el caballo que has dicho y haz eso con Mardoqueo, el judío funcionario de la corte. No omitas ni un detalle de lo que has dicho.
11Amán cogió la ropa y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo paseó a caballo por la paza de la ciudad, pregonando ante él:
-¡Este es el trato que se da a quien el rey quiere honrar!
12Después, mientras Mardoqueo volvía a su peusto en palacio, Amán corría hacia su casa, triste y tapándose la cara. 13Contó a su mujer, Zares, y a todos sus amigos lo que había pasado. Zares y sus sabios le dijeron:
-Si Mardoqueo, ante quien has empezado a caer, es de raza judía, no podrás con él; caerás ante él hasta el fono. No podrás defenderte de él porque el Dios vivo está con él.
14Estaban todavía hablando con él cuando llegaron los eunucos reales para llevarle en seguida al banquete preparado por Ester.

Explicación.

6,1 Precisamente la noche va a producir el giro de la rueda de la fortuna. Una versión antigua dice maliciosamente que la lectura de los anales era para lograr conciliar el sueño. 
Los anales son como una memoria civil, que conserva y permite actualizar los hechos; pueden ser memoria que interpela. A través de ellos, no es sueño ni es visión, se aparece Mardoqueo al rey en la noche insomne. De nuevo por medio de la palabra; sin saberlo él, sin actuar.

Empieza a girar en el relato una constelación de ignorancias de los personajes, a sabiendas del lector. Asuero ignora: que Ester es judía, que Amán odia a Mardoqueo, que éste es judío, que él debe la vida a Mardoqueo. Narrativamente, esta ignorancia posibilita y valora el argumento; políticamente no deja bien al rey, que ignora los asuntos suyos, del reino, de la reina; ¿hay intención satírica? (el rey se acuerda de las concubinas que le gustan). Amán ignora que Ester es judía, que Mardoqueo salvó al rey.

De estas ignorancias se seguirá en el presente capítulo que Amán noserá víctima del rey, sino de su propia vanidad; y, por ella, del Señor. "Del vengativo se vengará el Señor" (Eclo 28,1).

El capítulo contiene dos apartes interrumpiendo el diálogo: uno para señalar la llegada del valido, otro para escuchar sus pensamientos; los dos sirven a la intención irónica del narrador, que también disfruta humillando al personaje.

6,4 El verso muestra la prisa de Amán por consumar su venganza, y a la vez hace converger los pensamientos del rey y valido en una persona, desde posiciones opuestas y sin saberlo.

6,6-9 La escena es divertida. Una expresión clave se repite seis veces "a quien el rey quiere honrar". Es una expresión indeterminada, que admite por sujeto a cualquiera, y de aquí brota el equívoco. El rey piensa mentalmente en Mardoqueo, Amán piensa mentalmente en sí mismo, y con íntimo regodeo repite cinco veces la expresión. En la descripción se está viendo a sí mismo, no puede haber otro.

La ceremonia honorífica parece inspirada por Gn 41,42-43 (honores de José como virrey).

6,11 Uno a caballo y otro a pie es ya un cambio decisivo de altura (cfr. Ecl 10,7); pero todavía ninguno de los dos llega al extremo. También podemos recordar por contraste a Mardoqueo llorando por las calles y plazas de la ciudad, 4,1-2. La situación ha comenzado a cambiar para todos, Mardoqueo es primicia.

6,12 Mardoqueo, comedido, vuelve a su puesto. Gran honor y poco resultado: ni riquezas ni cargos. Del rey ha recibido un honor pasajero; respecto a Amán, se la librado de la picota.

El gesto de Amán expresa la derrota: 2 Sm 15,30; Jr 14,3.

6,13 Parece tratarse de consejeros expertos en evaluar una situación y definirla "sapiencialmente". El juicio se refiere en concreto a "un judío", como enunciado de una experiencia reconocida. El griego añade la razón religiosa.

6,14 La escolta de eunucos en gesto honorífico, que en el contexto adquiere una inquietante ambigüedad. ¿Le quitará el gusto al banquete la reciente humillación?, ¿o le compensará el honor singular? Escoltado para el rey, detenido para Ester.

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