miércoles, 10 de mayo de 2017

ESTER. CAPÍTULO 5,3-14.

53El rey le preguntó:
-¿Qué te pasa, reina Ester? Pídemelo, y te daré hasta la mitad de mi reino.
4Ester dijo:
-Si le agrada al rey, venga hoy con Amán al banquete que he preparado en su honor.
5El rey dijo:
-Avisad enseguida a Amán, que haga lo que quiere Ester.
El rey y Amán fueron al banquete preparado por Ester.
6Y en medio de los brindis, el rey dijo a Ester:
-Pídeme lo que quieras y te lo doy. Aunque pidas la mitad de mi reino, la tendrás.
7Ester respondió:
8-Mi petición y mi deseo es que si el rey quiere hacerme un favor, si quiere acceder a mi petición y cumplir mi deseo, venga con Amán al banquete que voy a prepararle mañana, y entonces le responderé.
9Amán salió aquel día alegre y de buen humor; pero cuando vio que Mardoqueo, a la puerta del palacio real, no se levantaba ni se apartaba, montó en cólera contra Mardoqueo, 10pero se dominó. 11Al llegar a casa,  llamó a sus amigos y a su mujer, Zares; les habló del esplendor de sus riquezas, de sus muchos hijos y de cómo el rey lo había engrandecido ascendiéndolo sobre sus funcionarios y ministros. 12Y añadió:
-Además, la reina Ester, a ese banquete que ha celebrado, no ha invitado más que al rey y a mí. Y también estoy invitado con el rey para mañana. 13Pero todo esto no me satiface mientras siga viendo al judío Mardoqueo sentado a la puerta de palacio.
14Su mujer, Zares, y sus amigos le dijeron:
-Que preparen una horca de veinticinco metros. Por la mañana le pides al rey que ahorquen allí a Mardoqueo, y luego te vas contento al banquete.
 A Amán le gustó la propuesta, y mandó preparar la horca.

Explicación.

5,4-5 Comienza a sonar invertido el motivo del capítulo 1: Vasti, invitada por el rey, no acude; Asuero, invitado por la reina, acude; y fuera del banquete: Vasti, llamada, no se presenta; Ester, no llamada, se presenta.
5,6-8 La brevedad de la escena es intencionada para sembrar enredo, plantar datos importantes y dar espacio. Son significativos: la nueva presencia solicitada de Amán, las palabras "mi petición, mi deseo".

Así se concede el narrador un día en la que van a suceder muchas cosas: el anochecer para seguir las reacciones de Amán, la noche para seguir los pensamientos del rey, la mañana para juntar a Amán con Mardoqueo.

5,9-14 El gesto de Mardoqueo toma un carácter marcado de desafío personal, pues conoce al causante de la situación. Antes lloraba por toda la ciudad hasta la puerta del palacio, y era un desafío; ahora se enfrenta sin palabras con el enemigo.

Con la misma intensidad personal siente la ofensa Amán: una ofensa que le amarga los demás gozos. Porque denuncia una impotencia, pone un límite a su poder; incluso amenazado de muerte hay alguien que no se doblega. Por eso no le basta al valido que Mardoqueo perezca en la matanza general; tiene que apartarlo, ser su verdugo, exhibirlo ante la población. Y el gozo de la venganza coronará sus éxitos. Mardoqueo será la primicia sabrosa.

¡Amán, desmedido! "No te gloríes del mañana, no sabes lo que engendra el día" (Prov 27,1).

5,14 Narrativamente, el destino faltal se precipita; sólo queda una noche, que no es tiempo para actuar.

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