miércoles, 10 de mayo de 2017

ESTER. CAPÍTULO 4,1-8.

Ester conjura el peligro   

41Cuando Mardoqueo supo lo que pasaba, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal, se echó ceniza y salió porla ciudad lanzando gritos de dolor:
-¡Desaparece un pueblo inocente!
2Y llegó hasta la puerta del palacio real, que no podía franquearse, llevando un sayal.
3De provincia en provincia, según se iba publicando el decreto real, todo era un gran duelo, ayuno, llanto y luto para los judíos; muchos se acostaron sobre saco y ceniza.
4Las esclavas y los eunucos de Ester fueron a decírselo, y la reina quedó consternada; mandó ropa a Mardoqueo para que se vistiera y se quitara el sayal, pero Mardoqueo no la aceptó. 5Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos reales al servicio de la reina, y le mandó ir a Mardoqueo para informarse de lo que pasaba y por qué hacia aquello. 6Hatac fue a hablar con Mardoqueo, que estaba en la plaza, ante la puerta de palacio. 7Mardoqueo le comunicó lo que había pasado: le contó con detalle lo del dinero que Amán había prometido ingresar en el tesoro real a cambio del exterminio de los judíos; 8y le dio una copia del decreto que había sido promulgado en Susa ordenado el exterminio de los judíos, para que se la enseñara a Ester y le informara, que mandase a la reina presentarse al rey intercediendo en favor de los suyos.

Explicación.

4 Podemos considerar como acto tercero y final el dramático desenlace que se va realizando desde este capítulo hasta el final del capítulo 8. Por razones de extensión podríamos cortar al final del capítulo 5. Es la parte sustancial del libro, donde el autor dará la medida de su talento.
4,1 De la consternación general se destaca una figura patética. De nuevo el paso de la masa anónima al individuo protagonista. Su gesto se dilatará en seguida a todo su pueblo.

El gesto de Mardoqueo es, ante todo, el comienzo de un gran rito de duelo, como el solista que invita y arrastra al coro. Es, además, por el lugar, una denuncia y un desafío. Proclamando su dolor aspira, quizá, a despertar la conciencia de un pueblo indiferente; acercándose al palacio real, desafía las iras de los poderosos. Conciencia de su propio pueblo, quisiera ser conciencia de otros.

Aquí ha escrito el autor griego su mejor verso, perpetuamente moderno.

4,4-16 Se desarrolla un curioso diálogo a distancia entre Mardoqueo y Ester. Porque Mardoqueo no se contenta con lamentarse, sino que comienza a actuar para conjurar el peligro.

Ester, primero se entera del duelo de Mardoqueo, sin conocer la causa; después, se entera de la causa leyendo el decreto; después, recibe órdenes tajantes. Las relaciones urgentes entre Mardoqueo y la reina aumentan el peligro, pero no hay otra salida.

4,4 Ester envía ropa para que Mardoqueo pueda cambiarse y entrar en palacio y dar explicaciones.

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